¿Como podemos innovar mejor?
Debo confesar que soy una rata de laboratorio de la Innovación. Me paso horas estudiando el ecosistema, analizando los stakeholders y opinando, muchas veces en voz alta, y con mucho desconocimiento. Pero entre decir lo que uno piensa y pensar lo que uno dice, nadie dijo que tuviese que existir un nexo de objetividad racional.
Hace tiempo que abandoné la fe en la I+D+i, soy un hereje y merezco morir en la hoguera. No soy el único que lo piensa, pero de los pocos que me atrevo a compartirlo en voz alta. Para mí fortuna la teoría del impacto presupuestario con los recursos dedicados a la Innovación es el termómetro perfecto para medir la cultura innovadora "do país" o del Estado, ya para muchos.
Las políticas de la administración se están reorientando, potenciando nuevos modelos como la Compra Pública de Innovación, teniendo buenas intenciones y palabras sobre la Innovación Abierta pero sin ser capaces de todo de bajarlo al suelo, ya que para llegar a la sociedad hay que escuchar sus problemas todos los días.
Mientras las grandes corporaciones se apoderan del término Open Innovation, desafiando a jóvenes startups en búsqueda de talento. Por cierto, de Open Innovation más bien poco... por no decir nada.
¿Y que hacen las empresas? Pues tirar para delante, escuchar a los clientes pero no a los consumidores... Me explico: imagínate que una farmacéutica desarrolla un nuevo medicamento, pues bien, su cliente es la cooperativa de farmacias y el consumidor final el paciente. Las empresas no deben solamente pensar en su cliente sino también el consumidor final... Pero a este, por ahora, nadie lo convidó a sentarse a la mesa de la Innovación.
Queda mucho por hacer para conseguir una verdadera I+I, es decir Innovación+Impacto, pero ya se están dando pasos e iniciativas como la de Narcís Palmada que pronto verá la luz supondrá verdaderamente un nuevo paradigma en el mundo de la Innovación.
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