Lo que no se mide, no se evalúa
Cuántas veces hemos escuchado a Deming y sus adeptos la famosa frase de "lo que no se mide no se puede mejorar"... Pero a mí lo que me troncha de verdad son los de la cofradía de "lo que no se mide se puede evaluar".
Las sensaciones son malas aliadas de la razón y por lo tanto también de la mejora continua y de la excelencia operacional.
Recuerdo como en la exposición que tuve que hacer para aprobar Filosofía del Derecho, el profesor Puy Muñoz sentenció al terminar mi intervención:
"Hay que ver que dos interpretaciones tan distintas pueden hacer dos personas sobre un mismo texto escrito"
Debo reconocer que no le faltaba la razón, sobre todo, teniendo en cuenta que él era el autor, pero yo no estaba dispuesto a repetir como un loro su discurso, así que tiré de pensamiento crítico y le di la vuelta.
Ambigüedad... Maldita ambigüedad que solo provoca que cada uno arrime la ascua a su sardina.
Fue Deming también el que afirmaba que una persona sin datos, solo es otra persona más con opinión... Y razón creo que no le faltaba, es muy común dejarnos llevar por sensaciones y no documentar como es debido.
Para que nos entendamos, sacándolo del mundo industrial y trayéndolo a la vida misma, serían aquellos defensores de "donde dije digo, digo Diego", "no es que me explícase mal, sino es que tú lo tomas al pie de la letra"... Son expresiones muy recurrentes, igual que "solo entiendes lo que quieres entender".
Donde más sucede esto es en las relaciones personales y sociales... No apuntamos los datos porque creemos en la lealtad, confianza,... Pero de un día para otro la cosa cambia y entonces faltan datos para poder evaluar y toca tirar de Diagrama de Ishikawa para analizar si existe un problema de calidad o si la cosa ya no tiene cura.
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