Lean: aún hay esperanza en 2022


Está a punto de cumplirse seis meses desde que me conjuré para vivir del cuento. A esa firme convicción le siguió la redacción de mi propio Plan Estratégico, DAFO correspondiente, Plan de Acción, Kpis y un largo etcétera de pivotaciones con el único cometido de algún día centrar el interés de un "pro" que me de una oportunidad.

Como me ocurre siempre en cada proyecto que emprendo, muy rápido me vengo arriba. No pasaron ni dos meses en tardar en pensar que  me podría convertir en un gurú de la materia... Pero pronto comencé a darme cuenta que sería imposible. El nivel de exigencia del mercado laboral limita los puestos de Responsables de Mejora Continua o Lean, exclusivamente a Ingenieros. Repasando todas las ofertas de empleo veo que es "conditio sine quae non..." (esto lo aprendí mientras estudiaba derecho) poseer la licenciatura de Ingeniería Industrial.

La verdad es que el "chasco" me produjo tal impacto que pensé que mi carrera como gurú en el ámbito de la Leanosfera se había terminado, incluso antes de empezar. Es evidente, que las empresas centran Lean en los procesos y herramientas, por esto necesitan personas preparadas y con perfil técnico con altos conocimientos en física cuántica, álgebra, materiales termoendogámicos, química abstracta,... Sin embargo, desde que descubrí Lean lo único a lo que me ha obligado a usar  es el SENTIDO COMÚN, que por cierto, es el menos común de los sentidos.

Confesándole a mi sensei los miedos que me entraron, su mensaje fue tranquilizador y esperanzador. Me dijo:

"Observa la formación de los cracks mundiales de Lean:

- John Shook estudió Filosofía.
- Womark estudió Ciencias Políticas.
- Michael Ballé estudió Ciencias de la Educación.

Si te fijas su formación está centrada en las personas, aprendizaje y comprensión social..."

¿Por qué las empresas se olvidan de las personas? ¿No se dan cuenta que Lean es sentido común?




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