Lean y mi primera vez
No voy a negar que a mí me sucedió lo mismo. Llevaba mucho tiempo en busca de una (metodología) que me resultase especial, no me valía cualquiera... Buscaba algo para toda la vida y por eso tarde en decidirme, lo analice todo muy racionalmente hasta que me decidí y me lancé.
No me molesté en comentar mi intención con nadie, me dediqué a darme "autoplacer" intentando implantar las 5S:
- Seiri (clasificar)
- Seiton (ordenar)
- Seiso (limpiar)
- Seiketsu (estandarizar)
- Shitsuke (mantener)
Y no me conformaba, quería más y más, sí más... Intentaba paralelamente probar nuevas técnicas: TPM, SMED... Cuando me di cuenta: ¡vaya lío armé!... Eso sí la culpa de la gente que no se implicó nada.
Con la segunda vez, ya había aprendido mucho, la experiencia es un grado... Así que no iba a consentir lo que había sucedido la primera vez... así que tocó ponerse bravo, apretar, auditar, auditar y auditar como canes de presa... Cuando el cansancio se empezó a extender entre todos, incluido yo, todo se empezó a diluir otra vez, hasta desaparecer... Ni por las buenas ni por las malas...
No hay dos sin tres... y a la tercera va la vencida... No desestí y con la llegada a nuestra vida del "sensei" comenzamos a saborear las mieles del Lean Manufacturing... ¿Y cuál fue la diferencia con la primera y segunda vez?
Pues muy sencillo:
1. Contamos con las personas.
2. Formamos a las personas.
3. Dotamos de herramientas a las personas (cómo les gusta hacer las auditorías con las tablets!!).
4. Intentamos motivar a las personas, sintiéndose los verdaderos culpables del éxito.
... Y sobre todo, no quisimos correr más de la cuenta. Tuvimos paciencia, visión a largo plazo y un "sensei" que nos enseñó el camino hacia la gloria bendita.
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